El racionamiento de azúcar en el Reino Unido ofreció la oportunidad de analizar más detalladamente el impacto de la nutrición en la vida posterior. Las dificultades económicas durante la Segunda Guerra Mundial obligaron al gobierno a instituir raciones de alimentos, y los límites al azúcar no se levantaron hasta 1953, años después de que terminara la guerra. Para entonces, la mayoría de los otros aspectos de la nutrición se habían normalizado para cumplir con las recomendaciones diarias estándar.

Grakner tuvo la idea del proyecto por primera vez hace años cuando se topó con un artículo sobre el levantamiento de las raciones de azúcar del Reino Unido y vio imágenes de niños inundando panaderías cuando terminaron las restricciones.

Cuando Grakner comenzó su propio grupo de investigación y comenzó a armar una propuesta con sus colegas para estudiar el evento, había otra herramienta disponible: el Biobanco del Reino Unido, un repositorio de datos genéticos y médicos de medio millón de participantes. Después de confirmar que la ingesta de azúcar había aumentado dramáticamente después de que se levantaron las raciones, el equipo extrajo el biobanco para las personas que habían sido concebidas entre octubre de 1951 y junio de 1954, cuando las raciones estaban en vigor. Luego compararon la salud de estas personas con la salud de las personas que fueron concebidas entre julio de 1954 y marzo de 1956, después de que se eliminaron las raciones.

Efecto indecible

Los investigadores encontraron que las personas concebidas durante las limitaciones de azúcar tenían un riesgo 35% menor de diabetes y un riesgo 20% menor de presión arterial alta que las personas concebidas después del racionamiento.

La magnitud del efecto es sorprendentemente grande, dice Duque. “Es innegable,” ella dice. “El gran cambio aquí tiene que ver con azúcar.” Duque dice que los resultados deberían agregar fuerza a los esfuerzos para educar a las personas embarazadas sobre la importancia de una buena nutrición.

Grakner está de acuerdo en que la educación es crucial, pero no quiere que los padres ansiosos reaccionen de forma exagerada a sus hallazgos. “Las personas embarazadas ya tienen mucho de qué preocuparse,”, dice ella. “Si es solo un poco de azúcar aquí y allá, todos estarán bien.”