sábado, 17 de noviembre de 2018

Cambios en el cerebro de las adolescentes que se autolesionan

El cerebro de las adolescentes que presentan formas de autolesión graves (entre ellas, cortes), muestra características similares al de los adultos con trastorno límite de la personalidad (TLP). Al parecer, el cerebro de estas jóvenes muestra anomalías estructurales y funcionales en diversas áreas relacionadas con las emociones, de manera similar que las personas con TLP. Los resultados se publican en Development and Psychopathology.
Para su estudio, investigadores de Universidad Estatal de Ohio examinaron, mediante resonancia magnética, el cerebro de 20 adolescentes con antecedentes de autolesiones graves y el de otras tantas niñas que no presentaban ese tipo de conducta. Al comparar el volumen cerebral de las que se autolesionaban con las del grupo de control, encontraron una notable reducción de la ínsula y del giro frontal inferior. Estas regiones, muy próximas entre sí, también presentan un tamaño menor en las personas con TLP. En ambos casos, dichas modificaciones cerebrales son más comunes en las mujeres.


Los investigadores observaron en el cerebro de las niñas que se autolesionaban una reducción en el tamaño de algunas regiones, entre ellas, la ínsula y el giro frontal inferior. [Universidad Estatal de Ohio]

Asimismo, se observó una correlación entre el volumen cerebral y la capacidad de regular las respuestas emocionales. Los científicos obtuvieron este último dato a través de las entrevistas que llevaron a cabo con las participantes antes de la exploración bajo el escáner. Con todo, Theodore Beauchaine, autor principal de estudio, advierte que estos hallazgos no demuestran que todas las adolescentes que se dañan a sí mismas vayan a desarrollar un trastorno límite de la personalidad, pero sí ponen de manifiesto la necesidad de mejorar la prevención y lograr una intervención temprana. De hecho, los hallazgos revelan cambios biológicos, no solo conductuales, en estas niñas, indica.
Riesgo de suicidio
«Estas chicas presentan un alto riesgo de suicidio. La autolesión es el predictor más importante de suicidio, tras los intentos previos», señala Beauchaine en una nota de prensa de la Universidad Estatal de Ohio. También apunta que sus resultados abren la posibilidad de nuevas vías de actuación para evitarlo. «Sabemos que estas regiones cerebrales son sensibles a factores externos, tanto positivos como negativos, y que continúan desarrollándose hasta mediados de los veinte años», agrega. Estudios anteriores han demostrado que los adolescentes que se autolesionan son más ansiosos, más hostiles y están más deprimidos que sus compañeros.
Por otro lado, los autores explican que la investigación no establece si la disminución en el volumen del cerebro precedió a la autolesión o si surgió después de que las niñas comenzaran a lesionarse. Beauchaine subraya que se necesitan más estudios para analizar los cambios cerebrales y comprender la relación entre las diferencias estructurales y las autolesiones, así como con el trastorno límite de la personalidad y otras enfermedades mentales.
Fuente: Misti Crane/ Universidad Estatal de Ohio 

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