lunes, 26 de marzo de 2012

Feliz cumpleaños Richard Dawkins

Me encontré con esta traducción de un artículo que apareció el día de hoy en el New York Times, muy interesante, de una de las personas que admiro en este planeta. Sin más, disfrútenlo.




martes, 13 de marzo de 2012

Sobre como transformar la prueba más odiosa de internet en un beneficio para la humanidad

No debe ser nada fácil soportar que 1.600 personas al unísono levanten la mano para responder a dos preguntas (¿Quién alguna vez debió llenar un formulario en Internet e introducir unas letras distorsionadas?: 1.600 manos en alto ¿Cuántos odian hacer eso?: 1.600 manos en alto). No debe ser nada fácil si esas 1.600 personas expresan su odio hacia algo que has inventado. Y menos fácil debe ser el afrontar semejante manifestación de “odio” desde un escenario.

jueves, 8 de marzo de 2012

Otzi el hombre de hielo, sufria del corazón y tiene parientes vivos.

Un equipo internacional de científicos ha publicado la secuenciación del cadáver congelado más famoso del mundo. Los investigadores ya conocen la secuencia casi completa del ADN de Ötzi, el «hombre de hielo» del Tirol, un cazador prehistórico que falleció desangrado hace unos 5.300 años después de que una flecha le atravesara el cuerpo por la espalda y, de remate, recibiera un golpetazo en la cabeza. El estudio, publicado en Nature Communications, ha descubierto que Ötzi sufría de una enfermedad del corazón, una infección bacteriana y caries, era intolerante a la lactosa, se atiborraba de cabra montés y tenía los ojos castaños. Además, ha encontrado pistas sobre el paradero de sus parientes vivos más cercanos, que, curiosamente, pueden vivir en Córcega y Cerdeña.


Unos excursionistas descubrieron el cuerpo de Ötzi en los Alpes, cerca de la frontera entre Italia y Austria en 1991. Muy conservada, es la momia humana más antigua del mundo y una de las más estudiadas por la ciencia. Su aspecto físico fue pronto recreado por los hermanos Alfonso y Adrie Kennis, artistas holandeses especializados en paleontología que también han dado forma a los homínidos de Atapuerca. Por ellos ya sabíamos algunas cosas, como que tenía los ojos marrones y hundidos, y una rostro surcado de arrugas que le hacía parecer un anciano aunque se cree que tenía unos 45 años. Además, también sabíamos que comía cabra -su estómago estaba lleno de ese tipo de carne cuando murió- y que era poca cosa: pesaba unos 45 kilos y no supera el 1,60 de altura. Ahora, la secuenciación del genoma ha permitido confirmar algunas de sus características y conocer otras nuevas.
Por ejemplo, los investigadores han descubierto que Ötzi tenía algunos problemas de salud.Sufría de las arterias y tenía caries en los dientes, pero hay aún más información que puede deducirse de su genoma. «Nos gustaría saber lo más posible acerca de sus condiciones de vida, sobre sí mismo y también sobre la causa de su muerte. Realmente, tratamos de reconstruir la escena del crimen tanto como sea posible», dice Albert Zink, director del Instituto de Momias y el Hombre de Hielo en Bolzano, Italia, y líder de la investigación.
En 2008, los científicos dieron a conocer la secuencia completa de ADN tomada de la mitocondria celular de Ötzi. Contenía mutaciones que no se encuentran en las poblaciones actuales, lo que dio lugar a especulaciones de que el «hombre de hielo» había pertenecido a un pueblo que había desaparecido de Europa. Para tener una mejor idea de la ascendencia de Ötzi y echar un vistazo a algunos de sus rasgos genéticos, el equipo de Zink secuenció el ADN de los núcleos de las células tomadas de una astilla de hueso de la pelvis del hombre de hielo. La secuencia representa alrededor del 96% del genoma de Ötzi.

Parientes sardos

Los datos sugieren que Ötzi tenía los ojos marrones y la sangre de tipo O, y que era intolerante a la lactosa. El equipo de Zink también ha descubierto variantes genéticas vinculadas al endurecimiento de las arterias, lo que podría ayudar a explicar los depósitos de calcio encontrados en las tomografías. «Él no era obeso, era muy activo, no tenía factores de riesgo importantes para el desarrollo de la calcificación de su corazón», dice Zink. «Tal vez desarrolló esto debido a una predisposición genética».
El genoma de Ötzi también apunta a otros problemas de salud. tenía una bacteria que causa la enfermedad de Lyme. Se especula que los tatuajes encontrados en el cuerpo en la columna vertebral, los tobillos y detrás de su rodilla derecha podrían haber sido un intento de tratar el dolor en las articulaciones que produce este mal.
Otro de los aspectos más interesantes de la secuenciación del genoma de Ötzi son sus ancestros y orígenes. ¿Le quedan parientes vivos? Su cromosoma Y posee las mutaciones más comunes entre los hombres de Cerdeña y Córcega, y su genoma nuclear sitúa a sus más cercanos parientes de hoy en día en la misma zona. Quizás el tipo de Ötzi vivió una vez en toda Europa, antes de extinguirse o de mezclarse con otros grupos en todas partes excepto en estas islas. Ahí sigue vivo de alguna forma.

Fuente: ABC.ES

lunes, 5 de marzo de 2012

Mala ciencia… y mal periodismo: ¡Periodistas, lean el libro de Ben Goldacre!


Por fin ha llegado a mis manos (y el tiempo necesario para leerlo y escribir sobre él con calma) el libro Mala ciencia, de Ben Goldacre. Este psiquiatra y periodista científico (se le puede seguir en varios medios británicos, en su blog o en Twitter @bengoldacre) es en su país el azote de eso, la mala ciencia. La de las pseudociencias, sí, pero también la de las malas praxis profesionales de los científicos, las empresas farmacéuticas y los medios de comunicación.
Lo bueno del libro, entre otras cuestiones, es que reparte estopa a unos y a otros, con una fina ironía al más puro estilo de la famosa flema británica. Ya no vale eso de, “claro, ataca a la homeopatía porque está vendido a las farmacéuticas”, ni falacias del tipo “las compañías farmacéuticas nos engañan, ergo, la homeopatía es buena”. Goldacre da caña a todos. Me recuerda mucho al libro Ciencia o Vudú, de Robert L. Park, que también recomiendo leer
Antonio Martínez Ron (@aberron) habló en su día del libro, así que me detendré en algunos aspectos que considero relevantes como periodista. Para empezar, creo que debería ser de obligada lectura para cualquier periodista. Cualquiera, los especializados, y en especial los periodistas generalistas que en algún momento tienen que cubrir información científica, así como los redactores jefes y los directores de medios que deciden lo que se publica y lo que no. Las probabilidades de que en los medios aparecieran más y mejores artículos de ciencia aumentarían.
Vale, el libro puede parecer algo largo, demasiado exhaustivo y profuso, con ejemplos de Reino Unido desconocidos en España, una colección de las obsesiones de Goldacre. Pero claro, a tenor de lo descrito es normal esta obsesión: homeópatas, nutricionistas, empresas farmacéuticas y demás hierbas hacen y deshacen a sus anchas, y los medios de comunicación a su servicio. Una de las muchas “parajodas” de la actual época: mientras un buen profesional como Goldacre sigue pagando la hipoteca de su sencillo apartamento, los charlatanes mediáticos viven en lujosas mansiones, y cuentan con potentes armas publicitarias, mediáticas y legales para acongojar a cualquiera que ose criticarles. Qué más da si venden fraude. El dinero y la telegenia se han hecho más fuertes que la verdad. La prioridad son los beneficios, no las personas.
Eh, entonces no, que soy un periodista con poco tiempo. En este caso, recomiendo el capítulo 12, dedicado a los periodistas, el 14 sobre la mala estadística (que hará las delicias de Josu Mezo – Malaprensa), y el 15, sobre cómo no hay que cubrir una “noticia” (el caso de la vacuna triple vírica), y la importancia de contar con periodistas especializados en ciencia.
Pero sería una pena perderse los demás capítulos, porque a lo largo del libro se encuentran menciones a los medios y los periodistas, otra de las obsesiones de Goldacre. Normal, es consciente de su importancia y poder, y se desespera cuándo no lo hacemos bien. Los medios y los periodistas tenemos mucha culpa del auge de la mala ciencia. Nos hemos vuelto escaparates publicitarios y altavoces de esta gente.
Y es que si queremos llegar a la sociedad, los medios de comunicación siguen siendo la mejor opción, nos guste o no. Si no, seguiremos auto-marginándonos, llegando a una minoría de “frikis” o cerebritos que ya son fans de la ciencia, y a los que ya tenemos ganados.
Supongo que por todo ello, les-nos dedica varios pullazos a lo largo del libro, como “seguiré leyendo blogs y no periódicos para informarme bien de ciencia”. Y frases memorables que deberían incluirse en los manuales de periodismo científico, como “las páginas de análisis y conclusiones de la parte final (de los artículos de investigación) son como las páginas de opinión de un periódico, no es en ellas donde ustedes se informan de las noticias del día.”
También sugiere que el formato noticias de los medios no casa bien con la ciencia, en especial con la salud. Habría que matizar que sí hay noticias en ciencia, pero al igual que en otras secciones, también hay mucha morralla que acabamos publicando, y ésta sería la que tendríamos que desterrar. Y desde luego, tendríamos que dar más cabida a formatos como el reportaje o la entrevista, o críticas de libros de ciencia, que también es cultura.
El libro ha tenido la suerte de caer en manos de @aberron, como decía, que lo ha promocionado en un blog, y ha entrevistado al propio Goldacre, que por supuesto también recomiendo leer. Goldacre comenta que publicará el año que viene un libro sobre la industria farmacéutica. Habrá que estar atentos.
En fin, que ya no voy a discutir con nadie que defienda la homeopatía o la medicina alternativa. Directamente le voy a decir que se lea el libro de Goldacre.

Fuente