Las terapias alternativas y
complementarias incluyen una gran variedad de prácticas, tales como la acupuntura, la
reflexología, la homeopatía o
las flores de Bach, que se publicitan como supuestos tratamientos contra un
gran abanico de enfermedades. Sin embargo, en el caso de que sustituyamos la medicina
convencional por una de estas pseudoterapias,
nuestro estado de salud se agravará y tendremos muchas más posibilidades de
morir.
Un reciente estudio publicado en Journal of the
National Cancer Institute advierte de los peligros que
encierra el hecho de elegir una terapia alternativa en lugar del tratamiento
convencional (quimioterapia, radioterapia, cirugía o terapia hormonal) para
tratar el cáncer.
Según sus resultados, aquellos pacientes que sufran un tumor maligno presentan
una peor supervivencia a los cinco años si optan por las
pseudoterapias.
La investigación, realizada por la Facultad de
Medicina de la Universidad de Yale (Estados Unidos), analizó un total
de 840 individuos, de los que 280 habían optado por las pseudoterapias tras
la detección del cáncer y 560 habían seguido las indicaciones médicas. El
trabajo comparó cuántos pacientes habían sobrevivido a los cinco años de haber
sido diagnosticados de la enfermedad en función de si habían elegido una
terapia alternativa o los tratamientos de la medicina convencional. Los
resultados son una prueba de algo que ya sabíamos o intuíamos: recibir una
pseudoterapia en lugar del tratamiento oncológico avalado por la evidencia
científica no es una buena idea.
Según el artículo, el riesgo es especialmente
significativo en los casos de cáncer de mama, de pulmón y colorrectal,
pero no en los de próstata, probablemente por el carácter más 'benigno' de
estos tumores. En el caso de los tumores de mama, la posibilidad de haber
fallecido era cinco veces mayor, mientras que en el cáncer colorrectal era cuatro
veces superior y en los tumores pulmonares, el doble. Los autores del trabajo,
no obstante, advierten de que sus resultados presentan limitaciones al tratarse
de un estudio observacional, en el que podría haber cierto sesgo de selección y
en el que podrían no haber contado con pacientes que hubieran recibido terapias
con base científica en otros centros.
Los resultados apoyan la evidencia científica
disponible hasta la fecha. En 2004, dos investigadores del Centro del
Cáncer Memorial Sloan-Kettering afirmaron en un trabajopublicado en The
Oncologist que las terapias alternativas "no habían sido
probadas" y que "pueden ser dañinas". En términos similares se
expresaba recientemente la Fundación para
la Investigación del Cáncer de Reino Unido, cuando señalaba que
"no había evidencia científica ni médica que mostrase que las terapias
alternativas pudieran curar el cáncer".
Mientras las pseudoterapias se empleen de forma
complementaria, su uso puede ayudar como efecto placebo,
pero en ningún caso servirá si optamos por ellas como terapias alternativas, es
decir, como sustitutas en lugar de por los tratamientos médicos que sí tienen
base científica. Porque, parafraseando al músico y humorista Tim Minchin, "la
medicina alternativa que ha demostrado funcionar se llama medicina".
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