Las mitocondrias son conocidas como las fábricas de energía de las células. Aunque su función más famosa es generar ATP, el combustible químico de la vida, estos orgánulos también son cruciales para otras tareas esenciales, como sintetizar moléculas clave, controlar los niveles de calcio y gestionar el estrés. No es de extrañar que cuando las mutaciones genéticas hacen que las mitocondrias fallen, las consecuencias puedan ser serias, causando desde fatiga y debilidad hasta convulsiones y, ocasionalmente, la muerte.
Durante mucho tiempo, las enfermedades mitocondriales han parecido intratables. Sin embargo, se ha dado un paso fundamental que ofrece una gran esperanza: la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha aprobado el primer tratamiento dirigido a una falla mitocondrial.
Elamipretide: El Primer Avance
Este fármaco pionero se llama elamipretide y su objetivo es tratar el síndrome de Barth, una afección extremadamente rara que, en algunos casos, puede ser fatal para los bebés durante su primer año de vida. Elamipretide actúa protegiendo una molécula clave para el funcionamiento mitocondrial.
La neuróloga pediátrica Mary Kay Koenig considera que esta decisión es un paso muy importante para los pacientes y los médicos, ya que demuestra que este es un campo donde "los tratamientos son aprobables".
El Camino ha sido Difícil
Es importante destacar que este avance no ha sido sencillo. El progreso ha sido difícil de conseguir, en parte porque estas enfermedades presentan mecanismos complejos y síntomas variados. De hecho, elamipretide fue rechazado dos veces y solo recibió luz verde después de más de un año de idas y venidas.
La aprobación del fármaco se logró tras cumplir con su criterio de valoración principal: fortalecer el músculo del muslo que extiende la parte inferior de la pierna. No obstante, la FDA impuso condiciones, requiriendo que el fabricante (Stealth BioTherapeutics) realice un estudio adicional para confirmar que este aumento en la fuerza muscular realmente beneficia a los pacientes.
Una Ola de Investigación
A pesar de los desafíos, los investigadores de enfermedades mitocondriales sienten que finalmente han entrado en una fase de impulso. Hoy existe una "explosión de estudios", y la FDA está considerando ya otro medicamento, MT1621, destinado a la deficiencia de timidina quinasa 2 (TK2d), otra enfermedad ultrarrara. Al menos otros siete tratamientos están en ensayos clínicos.
Esta nueva atención se debe a varios factores:
Mejor Comprensión Científica: Los investigadores ahora comprenden mejor cómo las fallas mitocondriales causan las enfermedades, lo que mejora las probabilidades de encontrar dianas farmacológicas.
Viabilidad Financiera: Los médicos tienen mejores herramientas para diagnosticar los trastornos, lo que podría expandir el mercado potencial de un fármaco. Esto hace que la búsqueda de tratamientos sea "mucho más viable financieramente".
Beneficios Ampliados: Aunque enfermedades como el síndrome de Barth son extremadamente raras (afectando a unas 150 personas en EE. UU.), las mitocondrias también fallan en afecciones mucho más comunes, como enfermedades neurodegenerativas, diabetes y cardiopatías. Algunas empresas apuestan a que un tratamiento desarrollado para una mutación rara podría funcionar para estas condiciones más comunes y, por ende, más lucrativas.
El Desafío de la Evaluación
Un obstáculo significativo en el desarrollo de estos tratamientos es la dificultad de probar objetivamente su eficacia. Por ejemplo, las enfermedades mitocondriales a menudo causan fatiga, pero demostrar que un fármaco reduce la fatiga es complicado.
Debido a esto, los investigadores están innovando en los criterios de valoración (endpoints) de los ensayos. Por ejemplo, en algunos ensayos, se está utilizando el "sit-to-stand test" (prueba de levantarse desde la posición sentada) para medir cuántas veces pueden levantarse los pacientes en 30 segundos, lo que evalúa tanto la fuerza como la resistencia. Este criterio clave también se empleará en un próximo ensayo de fase 3 para el fármaco sonlicromanol, que busca combatir la inflamación y los oxidantes dañinos asociados a las enfermedades mitocondriales.
Dado el historial de desarrollo de fármacos, los científicos se mantienen cautelosos. No obstante, existe la convicción de que cada tropiezo o fracaso en un ensayo ayuda a los científicos a refinar terapias y a mejorar los métodos de evaluación. Como señala el neurólogo Robert Pitceathly: "Cuantos más fracasos tengamos, mejores seremos".
Fuente: https://www.science.org/content/article/first-approved-drug-mitochondrial-disease-could-pave-way-more-treatments
No hay comentarios:
Publicar un comentario