Tarde o temprano, un asteroide del fin del mundo acabará con la mayor parte de la vida en la Tierra, a menos que, claro está, impidamos en primer lugar que rocas espaciales amenazantes nos golpeen.
El cambio climático, las pandemias globales, el bioterrorismo, la guerra nuclear, la inteligencia artificial fuera de control... el mundo de hoy ofrece una gran cantidad de riesgos existenciales de origen local de los que preocuparse. Pero uno de los peligros más preocupantes no proviene de la Tierra en absoluto, sino de la cantidad astronómica de asteroides y cometas que se acercan a nuestro planeta en su órbita alrededor del Sol.