Pero las plumas son de fosilización muy infrecuente; solo se conservan en condiciones extraordinarias y no se ha podido hallar asociadas a huesos de esta famosa especie. Y, sin embargo, hay otras formas, indirectas pero contundentes, de confirmar la presencia de plumas.
En muchas aves actuales, el hueso del antebrazo presenta una hilera de bultitos en los que se anclan los cañones o raquis de las plumas secundarias del ala. Y esos bultitos aparecen también en un ejemplar deVelociraptor mongoliensis, según el estudio que acaba de publicarse enScience y que podemos leer o bajarnos gratis. Los autores han calculado que el animal poseía 14 plumas secundarias en cada brazo (tantas o más que la primera ave Archaeopteryx, con al menos 12, y algo menos que su pariente Microraptor, con unas 18)
En muchas aves actuales, el hueso del antebrazo presenta una hilera de bultitos en los que se anclan los cañones o raquis de las plumas secundarias del ala. Y esos bultitos aparecen también en un ejemplar deVelociraptor mongoliensis, según el estudio que acaba de publicarse enScience y que podemos leer o bajarnos gratis. Los autores han calculado que el animal poseía 14 plumas secundarias en cada brazo (tantas o más que la primera ave Archaeopteryx, con al menos 12, y algo menos que su pariente Microraptor, con unas 18)
Foto de la ulna (equivalente a nuestro hueso cúbito) de un Velociraptor, mostrando los bultos o "papilas" donde se engarzaban las plumas.
Adaptado de: http://paleofreak.blogalia.com/